A dos meses del cierre de ILVA, la histórica fábrica de cerámicos y porcelanatos ubicada en el Parque Industrial de Pilar, los 300 ex trabajadores continúan sin percibir sus indemnizaciones, sin cobrar los salarios que quedaron pendientes y sin obra social.

La empresa presentó un pedido de quiebra, lo que podría demorar aún más cualquier posibilidad de cobro, advierten los delegados.

El conflicto se desató el 29 de agosto, cuando la firma cerró sus puertas de forma sorpresiva, colocó candados en los accesos y envió telegramas de despido a la totalidad del personal. Tras esa decisión, intervinieron el Sindicato Ceramista y el Ministerio de Trabajo bonaerense, pero las gestiones resultaron infructuosas: la compañía no retrotrajo los despidos, no abonó las dos quincenas adeudadas durante la

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