Los ultras pueden prometer orden, pero tienden a generar caos cuando gobiernan. Cuando el crítico del establishment se vuelve ‘establishment’, su narrativa se desmorona

Aunque en las elecciones holandesas ha habido un empate entre el partido social-liberal D66 y el ultraderechista PVV de Geert Wilders , este marco no puede neutralizar lo que constituye una derrota significativa de la extrema derecha: Wilders pierde un tercio de su representación parlamentaria y la primera posición. Presentar esto como un empate puede ser tan inexacto como describir una retirada militar como un “reposicionamiento estratégico”. La cita de Wilders en X lo confirma: “Los votantes han decidido. Esperábamos un resultado diferente, pero nos mantendremos fieles a nosotros mismos”. Esto revela algo crucial: in

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