El característico color, olor y los sabores del Día de Muertos ya inundan los rincones de los hogares en México, y es que, la sola idea de volver a departir, aunque sea en esencia, con el alma de nuestros seres más queridos, resulta uno de los momentos más emotivos y significativos en los días del calendario.

La tradicional ofrenda de Día de Muertos se viste de característicos símbolos, que representan, esperanza, luz y acompañamiento.

El ejercicio de amor, tradición e historia se viste con el característico e infaltable toque de la flor de cempasúchil, del náhuatl “Cempohualxochitl” que significa: flor de 20 pétalos.

El intenso color naranja, con toques dorados de este representativo elemento de la ofrenda, es asociado al sol, forma el camino de luz que ilumina el regreso de las almas

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