El terror de los caviares. Un candidato de Dina Boluarte parece convencido de que sumarse a ese sonsonete lo llevará al Senado. Si los ha convertido en su lema de campaña, es el válido Santiváñez quien le tiene terror a los llamados caviares.

Prueba de ello es que no movió un dedo contra ellos cuando era uno de los hombres fuertes de Palacio. Más bien se dedicó a la conspiración de menor calado.

Si Santiváñez es el terror de alguien, esos ciertamente no son los criminales organizados para la violencia. La emergencia que promovió no sirvió ayer ni sirve hoy. Su pésima gestión en Interior lo llevó a la censura y al consiguiente despido, y de allí pasó a refugiarse en Palacio. Desde allí ha llegado a las filas de César Acuña, otro conocido terror de los hampones trujillanos.

No son los úni

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