Además de las consecuencias que tiene de por sí un clásico, la victoria del Real Madrid sobre el Barcelona el pasado fin de semana evidenció problemas en ambos equipos a resolver este fin de semana, como las diferencias entre Vinicius y Xabi Alonso , y el bajo rendimiento de los pupilos de Hansi Flick.

Hubo que esperar tres días para que el brasileño del equipo blanco pidiera perdón a sus compañeros, al club y a su presidente Florentino Pérez, por su comportamiento tras ser sustituido por su compatriota Rodrygo en el 72.

Los gritos de enfado, las amenazas con marcharse del equipo -el jugador está en plena negociación de renovación de su contrato- y su marcha directa hacia el vestuario, mientras miraba al banquillo de Alonso, manifestaron el malestar del brasileño contra su entrenad

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