I. Para los activistas "todo está mal".

Frecuentemente, desde el poder se gestan actos de abuso, de señalamiento, de desdén y de violencia. A veces son desde la figura de un gorila advenido a elemento de la fuerza pública; pero, en otras ocasiones provienen de un currículum maquillado y pletórico de autoelogios anotados en el rubro de sus resultados en la función pública.

La crítica no les agrada, la interpelación les incomoda. Por ello, desde el poder dicen que, para ciertos activistas “todo está mal”. Desdeñan sus esfuerzos de visibilización al mencionar que "escribir una columna es fácil". Como si alguna ocasión en su vida hubieran ido contra el poder, contra el régimen o contra el sistema.

Previamente, rompen el diálogo, acaban con los consejos ciudadanos, ante los cuales no compar

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