Cuando Barcelona empezó a presentarse internacionalmente gracias a la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, el historiador del arte Robert Hughes planteó en un ensayo una mirada cultural a la capital catalana, con un especial interés por el modernismo. Hughes no iba más allá y no se atrevía a traspasar la ciudad tras la muerte de Franco. Ese paso sí lo da Jordi Amat en «Les batalles de Barcelona. Imaginaris culturals d’una ciutat en disputa (1975-2025)», una obra publicada por Edicions 62 y galardonada con el Premi Bones Lletres d’Assaig Humanístic.

Amat nos propone un viaje por la Barcelona que explotó culturalmente tras la muerte del dictador, una mirada que evita la nostalgia y que contiene bastante crítica. El recorrido que se puede decir que arranca simbólicamente con la serie

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