El rey Carlos III ha decidido despojar de sus títulos y honores al príncipe Andrés, quien deberá abandonar su residencia en Windsor. Esta medida se produce en el contexto de sus vínculos con Jeffrey Epstein, un financista estadounidense acusado de tráfico sexual de menores. El anuncio fue realizado por el Palacio de Buckingham, que ha iniciado un "proceso formal" para llevar a cabo esta decisión. A partir de ahora, el príncipe Andrés será conocido como Andrés Mountbatten-Windsor. Además, se le ha notificado la rescisión del contrato de arrendamiento de Royal Lodge, donde ha residido desde 2003. El príncipe se trasladará a una vivienda privada en la finca de Sandringham Estate, ubicada a unos 180 km al noreste de Londres. La presión sobre Andrés ha aumentado en los últimos meses, especialmente tras la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, quien lo acusó de haber mantenido relaciones con ella cuando era menor de edad. Aunque Andrés ha negado estas acusaciones, el Palacio considera que las medidas son necesarias para preservar la integridad de la institución. La familia de Giuffre ha expresado su satisfacción tras el anuncio. En un comunicado, su familia afirmó: "Hoy, una estadounidense ordinaria hizo caer a un príncipe británico con su verdad y su valentía extraordinaria". Virginia Giuffre, quien se suicidó en abril de 2025, había sido una figura central en el escándalo que rodea a Epstein. A pesar de la pérdida de títulos de su padre, las hijas de Andrés, las princesas Beatriz y Eugenia, conservarán sus títulos. Esto se debe a que, según las Patentes Reales de 1917, los hijos directos de un soberano mantienen sus títulos independientemente de las sanciones que reciba su progenitor. El comunicado del Palacio también subraya que el rey Carlos y su esposa Camila "desean expresar su solidaridad con las víctimas y supervivientes de cualquier forma de abuso". La decisión ha sido apoyada por el gobierno, y se espera que aísle aún más al príncipe Andrés, quien fue considerado el hijo preferido de la difunta reina Isabel II. El escándalo en torno a Andrés es visto como una amenaza para la monarquía británica, especialmente tras la reciente publicación de una fotografía que involucra a Epstein y otros personajes controvertidos en los jardines de Royal Lodge. La situación continúa generando un intenso debate sobre el futuro del príncipe y su relación con la familia real.