En un contexto donde la expectativa era que la defensa de los Bucks se desmoronara sin su titán, la franquicia demostró una resiliencia que dejó a la afición boquiabierta. El equipo, que se había preparado para una noche de incertidumbre, se mantuvo firme y logró un contundente 120-110 sobre los Warriors de Golden State.

El punto de inflexión del encuentro llegó cuando Ryan Rollins , quien había sido anunciado como la opción inesperada, encendió su máquina de anotación. Con 32 puntos en su cuenta, Rollins estableció un récord personal de puntuación por segundo encuentro consecutivo, una hazaña que le posiciona como la pieza clave de la victoria . Su eficiencia fue notable: 13 de 21 en tiros de campo y 5 de 7 desde la línea de tres, complementado con ocho asistencias que demostraron

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