Transformar el violento estallido sónico que durante décadas ha confinado a los aviones supersónicos a volar sobre el océano en un discreto «golpe» apenas audible desde tierra. Esa es la ambiciosa misión que la NASA ha puesto en marcha con su nuevo jet experimental, el X-59. El objetivo final de este proyecto, desarrollado en Estados Unidos por el gigante aeroespacial Lockheed Martin, es reabrir la puerta a la aviación comercial de alta velocidad sobrevolando núcleos de población, un escenario prohibido hasta ahora por la contaminación acústica que generan estas aeronaves.
De hecho, este revolucionario avión acaba de completar con éxito su primer vuelo de prueba , una toma de contacto fundamental para empezar a validar su comportamiento en el aire. Fue un ensayo prudente y deliberadam

 LA RAZÓN Internacional
 LA RAZÓN Internacional

 Daily Kos
 Daily Kos