El duque de York se ha visto obligado a renunciar a sus títulos y a muchos de los beneficios de los que hasta ahora disfrutaba como miembro de la Familia Real Británica. Salpicado de lleno por el escándalo Epstein, el millonario pedófilo que organizaba encuentros sexuales con menores de edad, al que tanto él como su esposa Sara Ferguson consideraron siempre un buen amigo al que debían muchos favores, arruinó su ya tocada reputación.

La publicación ahora de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, en las que da detalles de su relación con el príncipe Andrés cuando tenía 17 años en unos encuentros arreglados en el entorno de Epstein, han sido el desencadenante final de esta reprobable historia donde le acusa de abusar de su estatus y creer que «tener sexo con ella era su derecho de nacimi

See Full Page