Por JESSE BEDAYN

El montañista Jim Morrison saltó a la izquierda sobre sus esquíes, haciendo que varios hilos de nieve corrieran por una empinada barranca en la cara norte del Monte Everest. Luego saltó a la derecha, con la respiración pesada en el aire escaso de oxígeno.

Debajo de él había un abismo de 2.700 metros (9.000 pies) de nieve, hielo y roca, la pista de esquí más despiadada del planeta.

De hecho, nadie había esquiado ahí, sino hasta que Morrison lo hizo.

“Fueron cuatro horas espectaculares de esquí sobre un manto de nieve horrendo”, dijo Morrison a The Associated Press sobre su histórico descenso del 15 de octubre.

Morrison escaló la notoria cara norte del Everest a través del Corredor Hornbein junto a otros diez montañistas y Jimmy Chin, quien está codirigiendo un document

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