El agua , la sustancia más estudiada de la Tierra, acaba de desafiar los cimientos de la física de los líquidos. Cuando es forzada a confinarse en espacios tan diminutos como el ancho de unas pocas moléculas, se convierte en algo completamente desconocido hasta ahora y adquiere propiedades eléctricas tan extremas que la sitúan al nivel de materiales avanzados como los ferroeléctricos y los líquidos superiónicos.

El hallazgo, protagonizado por científicos de la Universidad de Manchester bajo la dirección de Laura Fumagalli y André Geim (Premio Nobel por su trabajo sobre el grafeno) y publicado en la revista ‘ Nature ’, reconfigura el mapa de la física de los líquidos y promete tener un impacto directo en el desarrollo de la próxima generación de baterías y biosensores .

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