Al cumplir cincuenta años, la “Gran Feria de Tlaxcala” se transforma en un titán de 27 días y 300 eventos. Se expande desde los seis días originales de 1963 hasta casi un mes completo de festividades.

Bajo la presidencia del patronato de Ariel Lima Pineda y la feria ofrece el 85 por ciento de sus actividades de manera gratuita. Pretende convertirse en un verdadero “escaparate de la cultura, tradiciones y costumbres de los tlaxcaltecas”. Sin embargo, esta masificación oculta una profunda mutación en su esencia fundacional.

El perfil productivo que ve nacer a la feria como “exposición permanente agrícola, ganadera, industrial, comercial y cultural” se desdibuja casi por completo. La exposición agrícola y ganadera mantiene un espacio reducido, privilegia el ganado menor mientras los toros d

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