Las brujas, en cuya existencia se creía más por superstición que por evidencia, eran en la Edad Media temidas en Europa, donde el cristianismo se había impuesto como religión dominante.


Hoy, cuando el Día de las Brujas es más ocasión para ir de fiesta, disfrazarse o pedir dulces, es difícil entender todo lo que hacían las personas de los siglos XIV y XV cuando la creencia en la hechicería oficial y con documentos eclesiásticos condenaban esa práctica.


En su libro ‘Breve historia de la brujería’, Jesús Callejo refiere que la creencia colectiva en las brujas -mujeres ‘perversas’ que servían al demonio- era tan difundida como las instrucciones para protegerse de ellas o evitar sus conjuros.


Los rezos a los santos, el agua bendita -mejor si es bendecida en Jueves Santo o en Domingo d

See Full Page