El golpe sobre la mesa que ha dado el rey Carlos III de Inglaterra con su decisión de retirar de forma efectiva los títulos, honores y distinciones a su hermano Andrés , así como de echarle del Royal Lodge , una mansión de 30 habitaciones ubicada en el complejo de Windsor de la que disfrutaba desde 2003 por el precio simbólico de "un grano de pimienta" al año a pesar de que desde 2019 ya no era miembro activo de la casa real, es una decisión sin precedentes en la historia moderna de la monarquía británica y cuenta con implicaciones tanto para la propia institución como para el propio Andrés. La primera de ellas es que desde este jueves, el príncipe Andrés para a ser simplemente Andrés Mountbatten Windsor .
De hijo favorito de Isabel a oveja negra
Las crónicas de la monarquía

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