Decenas de personas denunciaron el miércoles uso excesivo de la fuerza y exigieron la renuncia del gobernador del estado de Río de Janeiro luego que una enorme redada policial la víspera contra una banda de narcotraficantes en barrios pobres de la ciudad homónima dejara al menos 119 muertos.

Residentes de las favelas se manifestaron frente a la sede del gobierno estatal, gritando "¡asesinos!" y ondeando banderas brasileñas manchadas con pintura roja al día siguiente de la redada —la más mortífera en Río de Janeiro—, y horas después de que familias y residentes colocaran docenas de cuerpos en una calle de una de las comunidades afectadas para mostrar la magnitud del operativo.

Rápidamente surgieron interrogantes sobre el número de muertos y el estado de los cuerpos, luego de reportes de q

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