Ciudad de México. Enfermar en el siglo XIX solía ser sinónimo de desenlace fatal debido a la falta de condiciones de higiene y a la ausencia de antibióticos. Hoy uno va al hospital con la idea de curarse, pero entonces era para bien morir.

El “beso de la muerte”, frase empleada de manera reiterada desde finales del siglo XIX en la literatura, principalmente, que evocaba estremecimiento, así como seducción, anima la exposición más reciente del Museo Nacional de San Carlos (MNSC), El beso de la muerte: Representaciones mortuorias en el arte y la cultura visual del siglo XIX.

Por medio de unas 180 piezas, entre pintura, escultura, grabado, libros, fotografías, títeres, utensilios médicos e indumentaria de duelo, la exhibición da cuenta de los ritos, costumbres y actitudes que la sociedad

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