El culto y la religiosidad que envuelve a la muerte ha evolucionado con el paso de las generaciones. Los elementos del patrimonio y las costumbres de los antepasados que perduran en Gran Canaria cobran forma en espacios fúnebres como los descansaderos de muertos , que aún se conservan en distintas ubicaciones de la Isla. Uno de ellos, conocido como El Calvario , se encuentra en el pueblo agrícola de Tunte del municipio de San Bartolomé de Tirajana , aún rodeado de la simbología propia de los finaos .
Los descansaderos de muertos son pequeños espacios de reposo donde los cortejos fúnebres , compuestos por hombres jóvenes, depositaban los féretros de camino a la iglesia tras recorrer kilómetros cargando con el fallecido . Según relata el archivista José Juan Santana, a

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