El estruendo de un cohete rasgando el cielo puede ser para muchos la de la fiesta, pero para perros y gatos es el inicio de un auténtico suplicio. Cada año, durante las festividades populares, se repite la misma estampa de animales desorientados que, presas del pánico, huyen de sus hogares. El problema va más allá de un simple susto: para ellos, el riesgo de perderse o sufrir un accidente se multiplica de forma dramática ante un estímulo que no pueden comprender.
De hecho, la reacción más instintiva de las mascotas ante el bombardeo sonoro de la es buscar una salida. Este impulso les lleva a intentar esconderse en cualquier rincón o, en el peor de los casos, a emprender una huida desesperada sin rumbo , una respuesta que es una de las principales causas de extravío. En situaciones ext

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