Un nuevo estudio lanzado el 30 de octubre por la Escuela de Negocios y la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, en alianza con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), desglosa lo que muchos ya saben en carne propia: el sistema financiero mexicano, pese a sus promesas, sigue cerrando puertas a quienes más las necesitan.

El informe, titulado “Inclusión y Remesas en el Noreste de México”, no solo documenta las barreras que enfrentan refugiados y solicitantes de asilo, sino que también revela una contradicción incómoda: aunque el 60 % de los encuestados califica al sistema bancario como “bueno o excelente”, seis de cada diez han sido rechazados al intentar abrir una cuenta, simplemente porque sus papeles migratorios —legales, vig

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