ASTILLERO

Eduardo Verástegui, aspirante a político a nombre de una corriente de catolicismo, farándula y patrocinios sobre todo estadounidenses, perdió en contados días buena parte de los bonos que había conseguido entre élites extranjeras de ultraderecha y, notablemente, en el ánimo de Donald Trump, hasta ayer uno de sus principales impulsores.

Todo se desencadenó a partir de un mensaje en X que publicó Verástegui a unas quince horas de que en Argentina abrieran las urnas que en esas vísperas parecía que asestarían un grave golpe al Gobierno de Milei. Traidor (Judas, en específico), desleal, mal agradecido le dijo el mexicano al sudamericano. Sumó mensajes igualmente contundentes contra quien, señaló, sería indigno de confianza tan solo por el hecho de pretender que habla con perros ya

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