Entre los valles verdes y las montañas del Parque Nacional de los Picos de Europa se encuentra Mogrovejo , una joya rural que parece detenida en el tiempo. Este pueblo con encanto está catalogado como Bien de Interés Cultural y Conjunto Histórico-Artístico , por su trazado medieval, su arquitectura tradicional y su historia ligada al mundo pasiego.
Levantado sobre una colina y rodeado de bosques de hayas y robles, Mogrovejo alcanza su máximo esplendor en otoño, cuando los árboles tiñen el paisaje de tonos rojizos y dorados. Su belleza ha sido reconocida incluso por el cine: en 2016 fue elegido como escenario natural para la película Heidi , por su parecido con los paisajes alpinos suizos.
Un paseo por el pasado: calles de piedra y aire de montaña
Pisar Mogrovejo es entrar en otro tiempo. Sus calles empedradas serpentean entre casas de piedra con tejados de pizarra, balcones de madera y flores que adornan cada rincón. En el centro destaca la Torre de Mogrovejo , una fortaleza del siglo XIII que domina el pueblo y recuerda la época medieval en la que fue un enclave estratégico.
A su lado, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción , del siglo XVII, y varias casonas solariegas completan un conjunto arquitectónico de enorme valor histórico. Aquí no hay prisa, ni ruido, ni turismo masivo: solo silencio, montaña y autenticidad.
Rutas de senderismo y naturaleza en estado puro
Desde la parte alta del pueblo parte una de las rutas más bonitas de la zona: la senda “Bajo los Picos” , un recorrido circular de nueve kilómetros que discurre entre bosques de hayas y robles, con vistas constantes a los Picos de Europa .
El sendero atraviesa arroyos, prados y antiguos caminos rurales. En otoño, el paisaje se convierte en una explosión de color, y el murmullo del agua y el canto de las aves acompañan a los caminantes. Es una ruta de senderismo perfecta para quienes buscan conectar con la naturaleza o hacer una escapada tranquila en familia.
Un destino para viajar despacio
Lejos del turismo masivo, Mogrovejo se ha ganado un lugar entre los destinos rurales más auténticos de España . Aquí todo invita a la calma: los atardeceres sobre las montañas, el aroma a leña y el ritmo pausado de la vida local.
El pueblo forma parte de la comarca de Liébana , una zona conocida por su rica gastronomía —el cocido lebaniego, los quesucos artesanos o el orujo— y sus alojamientos rurales llenos de encanto. Es, sin duda, una escapada ideal para los amantes de los planes de otoño , el turismo sostenible y los entornos naturales.
Cómo llegar y dónde alojarse
Mogrovejo se encuentra a pocos kilómetros de Potes , la capital de Liébana. Se puede llegar por carretera desde la costa de Cantabria siguiendo la N-621 hasta el desfiladero de la Hermida, una de las rutas más espectaculares del norte.
En el propio pueblo o en los alrededores hay hoteles rurales , casas de montaña y posadas donde alojarse, muchas con chimenea y vistas panorámicas. También es posible combinar la visita con una parada en el balneario más deseado del valle, o disfrutar de las instalaciones termales cercanas.
Un rincón que enamora en otoño
Si existe un lugar en España donde la naturaleza y la historia se funden en armonía, ese es Mogrovejo. Cada rincón invita a desconectar, respirar aire puro y disfrutar del silencio. No es de extrañar que los viajeros lo comparen con Suiza , porque aquí los prados verdes, las montañas nevadas y las casas de piedra crean una estampa de cuento.

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