Por Deilin Ochoa

La cochinita pibil, uno de los platillos más emblemáticos de la gastronomía yucateca, guarda en su preparación y sabor siglos de historia, identidad y simbolismo. Su origen se remonta al período prehispánico, cuando los mayas cocinaban carnes de monte —como venado, faisán o pecarí— en hornos subterráneos conocidos como píib, técnica que da nombre al platillo.

El término píib o píibi’, proveniente del maya, significa “horno enterrado” o “cocción bajo tierra”, método ancestral que aún hoy se conserva en comunidades rurales y celebraciones tradicionales. Con la llegada de los españoles, la carne de cerdo sustituyó a las especies locales, dando origen a la receta que conocemos actualmente.

El achiote, ingrediente esencial del platillo, no solo aporta su color y sabor caract

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