Las pesadillas pueden recordarse al despertar, pero un terror nocturno es distinto. Imagen hecha con IA.

Si quieres ayudar a tu hijo para que deje de despertarse gritando, o por un mal sueño, el primer paso es diferenciar una simple pesadilla de un terror nocturno.

Estos episodios, clasificados como trastornos del despertar, son comunes en la infancia, especialmente entre los tres y 7 años . Ante este drama nocturno, surge una pregunta: ¿cómo debes reaccionar en cada situación?

El sueño es vital para la buena salud, pero la noche se convierte en un campo minado de sustos y confusiones. Identificar las diferencias clave y el manejo correcto es el primer paso para recuperar la tranquilidad nocturna y un descanso reparador.

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