Qué diría Simone Weil si supiera que de repente se ha puesto de moda gracias al último disco de Rosalía, Lux? ¿Qué diría ella, que aborrecía todo lo que fuera mundano y exhibicionista y mercantil? ¿Qué diría ella, que apenas se cambiaba de ropa ni se cortaba el pelo ni tenía el menor respeto por el éxito social? ¿Y qué diría ella, que trabajó en la cadena de montaje de la fábrica Renault para aprender a sentir la fatiga real de los obreros sobre los que discurseaban los intelectuales de izquierda sin tener ni idea de lo que significaba trabajar en una fábrica? ¿Y qué diría si supiera que Rosalía la citaba como una de las fuentes de inspiración de su nuevo disco volcado hacia la espiritualidad y la trascendencia? ¿Qué diría, eh, qué diría?

Hay un momento clave en la vida de Simone Weil. Fu

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