En México, todos conocemos a alguien que empezó una empresa familiar. Son negocios que nacen del esfuerzo compartido y, aunque muchas se convierten en historias de éxito, otras se desmoronan cuando parecía que habían alcanzado la estabilidad.

Las cifras ayudan a dimensionar el fenómeno: 8 de cada 10 empresas mexicanas son familiares, según Inegi , PwC y el ITESM .

Juntas aportan alrededor del 75% del PIB nacional y generan más del 70% del empleo formal, es decir, el país se mueve al ritmo de los negocios familiares.

Sin embargo, ese motor tiene una falla recurrente: la falta de institucionalización.

La mitad de las nuevas empresas familiares no supera los dos años de vida, mientras que sólo tres de cada diez llegan a la segunda generación y apenas una de cada diez alcan

See Full Page