Koldo García , asesor en su día del ex ministro de Transportes José Luis Ábalos y hoy imputado en una trama de corrupción que está siendo investigada por el Tribunal Supremo, puede y hasta debe merecer por su comportamiento -a tenor de lo que ya sabemos- un reproche sin matices. Pero lo que resulta inaceptable es que Pedro Sánchez haya cometido la villanía de afirmar que su relación con él era «anecdótica» , en un intento absolutamente hipócrita de renegar de una de las personas clave en su carrera política.

Porque Koldo García fue el hombre que custodió los avales de Pedro Sánchez en las primarias que le encumbraron a la secretaría general del PSOE, citado como persona clave en el Manual de Resistencia que escribió el presidente del Gobierno. Que Sánchez reniegue de Koldo García para salvar el pellejo puede comprenderse desde un punto de vista político -aunque es un error descomunal-, pero su negación define humanamente al presidente: es de una cobardía moral inabarcable. Koldo fue el ángel guardián  de Sánchez, su escolta en numerosos actos, como demuestra el vídeo que hoy publica OKDIARIO.

El problema está en que Koldo García, para Sánchez, vale mucho más por lo que calla, que por lo que pueda decir, que hasta ahora ha sido poco. Negar su relación con el hombre en el que depositó su confianza es un ejercicio supremo de ingratitud, además de un ejercicio de alto riesgo.

Aparte de una soberana estupidez, porque el caudal de documentos gráficos que atestiguan que la relación de Sánchez con Koldo García era mucho más que «anecdótica» es abrumador. Salir en una comisión de investigación del Senado a decir que prácticamente no le conocía es, en lo personal, indigno, y en lo político, un error de libro. Porque el álbum de Koldo García está lleno de imágenes con Pedro Sánchez, tantas que podrían empapelarse con las imágenes de ambos juntos las paredes de la Moncloa.