Pasear por los pasillos de Mercadona estas últimas semanas es comprobar que uno de los productos que no falta en sus tiendas, al margen de castañas y boniatos, son las calabazas. Y es que estas son protagonistas de cremas, purés, guarniciones e incluso postres y hasta el famoso café pumpkin spice , que muchos recrean de forma casera. Es así, pocas verduras se adaptan tan bien a tantos platos distintos durante el otoño, pero ¿sabes de dónde viene esa calabaza que compras en Mercadona?.

Son pocos los que saben que detrás de esa calabaza que ves en Mercadona hay un recorrido muy concreto: campos españoles, agricultores locales y una apuesta clara por el producto nacional . La cadena valenciana lleva años reforzando esa conexión entre el campo y el consumidor, con el propósito de que lo que llega a sus tiendas tenga identidad propia y garantice frescura. Y es que, aunque parezca un detalle sin importancia, saber de dónde viene lo que comemos también cuenta. El supermercado de Juan Roig lo sabe bien y, en el caso de la calabaza, ha convertido su producción y distribución en un ejemplo de cómo la gran distribución puede apoyar la agricultura local y ofrecer un producto de calidad durante todo el otoño e invierno.

El origen de la calabaza que venden en Mercadona

Desde Mercadona aseguran que el 70% de las calabazas que venden son de origen español. Sólo en lo s meses de mayo, junio y julio recurren a la importación, y lo hacen porque en ese momento el campo nacional no puede ofrecer la calidad que buscan. El resto del año, sobre todo entre octubre y marzo, las calabazas que llegan a sus tiendas proceden de cultivos locales.

Las zonas de producción se reparten por buena parte del país: Alicante, Castellón, Murcia, Valencia, Ciudad Real, Albacete, Toledo o Extremadura. En cada una de ellas se cultivan variedades diferentes, adaptadas al clima y a la tierra de cada región. Eso permite que el consumidor encuentre calabazas con matices distintos en sabor y textura, pero todas ellas comparten el sello nacional.

Este modelo favorece el producto fresco y de temporada , pero también da oxígeno al campo español. Muchos agricultores encuentran en acuerdos como estos una forma de mantener su actividad sin depender de campañas inestables.

La calabaza de asar, una de las más demandadas

Y entre las muchas variedades que se venden, la calabaza de asar se ha convertido en una de las favoritas entre los clientes de Mercadona. Es la típica que se corta en trozos grandes, se mete al horno y deja ese olor dulce tan característico de esta época. Su carne es firme y jugosa, perfecta para cremas, guarniciones o platos de cuchara. Este año, la cadena calcula que saldrán de los campos valencianos unas 400 toneladas, una cifra que demuestra lo bien que funciona esta variedad entre los consumidores.

Detrás de esa producción está Ramafrut , una empresa de la Comunidad Valenciana que lleva años trabajando con la cadena en el suministro de frutas y hortalizas. Su campaña arranca en octubre y se alarga hasta marzo . Durante esos meses, las tiendas de Valencia, junto con algunas de Cuenca y Teruel, recibirán la calabaza recién recolectada, lista para llenar los pasillos y las mesas de otoño.

Apoyo al campo y compromiso con la economía local

Mercadona lleva tiempo demostrando que su apuesta por el producto nacional es real, algo que se refleja con los casi de 29.000 millones de euros que destinó el último año a compras dentro de España, una cifra que sigue creciendo y que da estabilidad a muchos agricultores y proveedores locales.

La empresa también colabora con el Ministerio de Agricultura para impulsar el consumo de alimentos de cercanía y forma parte del Código de Buenas Prácticas Mercantiles , que busca relaciones más justas entre quienes producen y quienes venden.

Un producto de temporada que conquista el otoño

La calabaza es de esos ingredientes que nunca fallan cuando bajan las temperaturas: da juego en la cocina, llena los platos de color y aporta ese punto dulce tan característico que combina casi con todo. Además, es ligera, nutritiva y ayuda a cuidarse sin renunciar al sabor, algo que muchos buscan en estos meses más fríos.

En casa, la calabaza, se puede preparar de mil formas. Algunos la usan para hacer una crema suave con un toque de curry, o tros la prefieren asada con hierbas o incluso en bizcochos y tartas. Da igual la receta: siempre aporta ese aire casero que reconforta. No es casualidad que, cada noviembre, vuelva a aparecer en todas las cocinas y en los carros de la compra de miles de personas que acuden a Mercadona y ahora, sí informados de dónde procede el producto que compra y convencidos de que el origen durante la temporada de otoño es del todo nacional.