Resulta paradójico, se mire por donde se mire. Mientras que bienes de consumo como los coches o los han seguido una trayectoria de abaratamiento y mejora constante, haciéndose accesibles para la inmensa mayoría, la vivienda parece recorrer el camino inverso. Lejos de abaratarse, se ha convertido en un bien casi inalcanzable, especialmente para los más jóvenes. Para el economista Carlos Rodríguez Braun, esta divergencia no es casual, sino la consecuencia directa de dos modelos radicalmente opuestos .

De hecho, su diagnóstico sobre la crisis de acceso a la en España se aleja de los argumentos habituales sobre la especulación y apunta directamente a la Administración. Sostiene que el encarecimiento artificial del mercado inmobiliario se debe a las continuas injerencias del Estado . Un en

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