Ciudad de México. Desde las 3 de la madrugada de ayer empezó la jornada para los floricultores provenientes de Xochimilco, Tláhuac y otras regiones del centro del país que con camiones cargados con toneladas de cempasúchil, terciopelo y nube recién cortada llegaron a la Central de Abastos, en Iztapalapa.

Como hormigas, los trabajadores empezaron a descargar las flores, cuyos manojos aventaban y atrapaban en el aire para apilarlos sobre carretones y diablitos para surtir los pasillos de la sección exclusiva que se impregnó con el aroma húmedo y fresco.

Entre hileras de macetas con distintos tonos de naranja y amarillo, Alejandro Vargas, productor del barrio San Francisco Caltongo, en Xochimilco, afirmó que a diario descargan 2 mil macetas para vender al público, que se lleva entre 50, 20

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