El perdón como coartada política. El gobierno insiste en reabrir agravios del siglo XVI, pero la evidencia histórica muestra que España ya lamentó los abusos en 1990. La política convierte la memoria en trinchera, mientras la violencia y la impunidad de hoy siguen sin respuesta

Cinco siglos después, el perdón se ha vuelto consigna política. Claudia Sheinbaum reaviva la vieja exigencia del perdón a España, olvidando que en 1990, en Oaxaca, el rey Juan Carlos reconoció los abusos de la Conquista y lamentó los excesos. México, en cambio, no ha pedido perdón por los suyos. El discurso de la 4T usa el pasado como arma retórica, mientras el país continúa desangrándose por la violencia, la desigualdad y la corrupción

Alberto Carbot

Insistir en que España pida disculpas por la Conquista es, e

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