Después de sorprender en años anteriores con disfraces imposibles, Heidi Klum volvió a coronarse como la reina de Halloween al transformarse en Medusa, la criatura mitológica capaz de convertir en piedra con la mirada.
Para lograr este impresionante resultado, más de 15 personas trabajaron durante seis meses en la creación del traje, pintado completamente a mano y acompañado de un maquillaje que tomó nueve horas de aplicación.
El disfraz incluía una lengua bifurcada hecha a medida y un sistema de serpientes móviles, diseñados para dotar de realismo a la figura. Todo el proceso fue dirigido por Mike Marino, el artista de efectos especiales nominado al Óscar, con quien Klum colabora cada año para llevar sus transformaciones al siguiente nivel, y lucir irreconocible en la alfombra de la fie

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