KINGSTON, Jamaica (AP) — Rescatistas y trabajadores humanitarios se desplegaron el sábado en toda Jamaica para distribuir alimentos y agua y llegar a comunidades que aún permanecen aisladas, cuatro días después que el huracán Melissa azotara la isla.
Los suministros de ayuda necesarios llegan ahora a las áreas afectadas por el huracán en Elizabeth y Westmoreland, gran parte de las cuales habían quedado incomunicadas por postes de concreto caídos y árboles esparcidos por las carreteras.
Sin embargo, en algunos lugares, la población se vio obligada a sumergir cubos en los ríos, recogiendo el agua turbia para su uso diario, y otras se han alimentado de cocos y frutos del árbol del pan.
En Westmoreland, láminas de metal retorcidas, marcos de madera astillados de casas y fragmentos de muebles cubrían la costa.
El ministro de Seguridad Social, Pearnel Charles Jr., se integró a varios convoyes de socorristas de emergencia que acudieron a entregar alimentos listos para comer, agua, lonas, mantas, medicinas y otros artículos esenciales.
“La prioridad ahora es llevar ayuda a quienes la necesitan”, dijo Charles Jr. durante una breve parada en ruta hacia Black River por primera vez con los tan esperados suministros de ayuda. El primer ministro Andrew Holness había declarado a Black River como el punto cero y dijo que la ciudad tendrá que ser reconstruida.
La Fuerza de Defensa de Jamaica (JDF, por sus siglas en inglés) estableció un sitio satelital de ayuda en desastres en el centro comunitario de Luana, cerca de Black River, donde se están despachando paquetes de ayuda a los residentes afectados por el huracán.
Muchos han estado sin suministros vitales desde el martes y rápidamente se congregaron alrededor de un camión de la JDF al correr la voz de que se estaban distribuyendo suministros de ayuda bajo el abrasador sol de la tarde.
“Todos están sin hogar ahora mismo”, dijo Rosemarie Gayle. “Gracias, gracias. No puedo agradecer lo suficiente”, dijo, cuando aceptaba un paquete de arroz, frijoles, sardinas, leche en polvo, aceite de cocina y otros productos básicos.
Melissa ha dejado una ola de devastación a su paso tras derribar líneas eléctricas y edificios, interrumpir la distribución de alimentos y agua y destruir campos de cultivo.
Algunas personas han caminado kilómetros para conseguir bienes básicos y ver cómo están sus seres queridos, ya que más del 60% de la isla seguía sin electricidad. Varios helicópteros han lanzado alimentos en comunidades incomunicadas.
“La gente está en estado de shock y a la espera de ayuda”, dijo Mike Bassett, director nacional de asuntos humanitarios y de emergencia de World Vision, quien viajó el viernes a la ciudad de Santa Cruz en St. Elizabeth.
“Las mayores necesidades son agua potable, lonas para daños en techos, proteínas enlatadas, suministros de higiene y limpieza”, añadió.
El sábado, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de Naciones Unidas recibió 2.000 cajas de ayuda alimentaria de emergencia enviadas desde Barbados, para ser distribuidas en refugios y en las comunidades más afectadas en el área de St. Elizabeth.
“Ayudarán a satisfacer las necesidades de 6.000 personas durante una semana”, subrayó Alexis Masciarelli, oficial de comunicaciones del PMA.
Siendo uno de los huracanes más fuertes del Atlántico en tocar tierra, al fenómeno se le han atribuido al menos 28 muertes en Jamaica y 31 en el cercano Haití.
El ministro de Salud, Christopher Tufton, reconoció que el número de muertos en Jamaica probablemente es mayor, ya que aún no se ha podido acceder a muchos lugares, pero aclaró que de momento resulta imprudente especular.
También advirtió sobre el riesgo del aumento de mosquitos, enfermedades transmitidas por el agua e intoxicación por alimentos.
“Por favor, desechen los alimentos en mal estado”, pidió.
Melissa tocó tierra en el suroeste de Jamaica el martes como un huracán de categoría 5, con vientos máximos de 295 km/h (185 mph).
Un equipo regional de respuesta a desastres de Estados Unidos estaba en el lugar tras ser activado por el secretario de Estado, Marco Rubio, a principios de esta semana, señaló la Embajada de Estados Unidos en Jamaica.
“Estados Unidos apoya a Jamaica en su respuesta a los impactos del huracán y está preparado para entregar rápidamente artículos de ayuda de emergencia”, afirmó.
El ministro de Agua y Medio Ambiente de Jamaica, Matthew Samuda, recurrió a X en un intento desesperado por conseguir lonas después que Melissa arrancara decenas de techos de viviendas en el oeste de Jamaica. Los usuarios de la plataforma intervinieron para ayudar, indicando dónde habían visto suministros.
Falmouth, un popular lugar de pesca de la costa norte de Jamaica, sufrió importantes daños, como inundaciones y edificios derrumbados, dijo el sábado el primer ministro Andrew Holness.
“Nuestra prioridad inmediata es restaurar la electricidad y las telecomunicaciones y garantizar que los servicios esenciales, particularmente en el Hospital de Falmouth, se estabilicen”, escribió en X, agregando que Jamaica se reconstruirá “más fuerte y más sabia”.
Tras la devastación, el fondo del Mecanismo Caribeño de Seguro contra Riesgos Catastróficos (CCRIF, por sus siglas en inglés) anunció que hará un pago récord a Jamaica de 70,8 millones de dólares.
El mecanismo permite que los países agrupen sus riesgos individuales para proporcionar cobertura asequible contra desastres naturales. El pago se realizará dentro de 14 días, indicó el grupo el viernes.
La ministra de Finanzas, Fayval Williams, dijo el jueves que la póliza de seguro del CCRIF era sólo una parte del plan financiero del gobierno para responder a desastres naturales. Señaló un fondo de contingencias, una reserva nacional para desastres naturales y un bono de catástrofe.
Funcionarios del gobierno han dicho que la evaluación de daños aún está en curso.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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