La misión de Vanessa Zapata, una experimentada mercadóloga, no era sencilla. Continuar con el legado de sus padres requería un esfuerzo enorme. La Locura se había convertido en una marca emblemática del Valle del Cauca, y desde su posición, ella debía darle un nuevo aire de crecimiento y expansión. Lo consiguió, y lo ha venido haciendo desde 2006, cuando asumió el cargo de directora de administración financiera en la empresa que sus padres abrieron hace más de 40 años.

Desde 2015, la compañía ha duplicado sus ingresos de manera sostenida, logrando facturar cerca de 12 millones de dólares al año. Pasó de tener un solo punto, inaugurado en 1985, a 90 en la actualidad. Además, ha diversificado su portafolio: a los famosos hojaldres se sumaron productos congelados como pandebonos, pandeyuca

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