Morelia, Michoacán.- Por más de medio siglo, Joaquín Hernández Camargo ha observado la Noche de Muertos a través del lente. Fue testigo de cómo una celebración íntima, hecha de silencio, flores y velas encendidas junto a las tumbas, se transformó en uno de los espectáculos turísticos más emblemáticos de Michoacán. Desde 1972, cuando se hizo el primer cartel promocional para atraer visitantes al lago de Pátzcuaro, su cámara ha acompañado el cambio.

“Yo conocí la Noche de Muertos en 1972”, recuerda. “Fue mi primer contacto con esta tradición. Acompañé al fotógrafo Víctor Manuel García Mondragón a la comunidad de Ihuatzio para hacer la foto del primer cartel. En ese tiempo la tradición era meramente interna, no había visitantes, no había publicidad. Estaba la gente de la comunidad con sus mu

See Full Page