Desde el 31 de octubre y hasta el 2 de noviembre , una expresión se escucha en calles, escuelas y tiendas de todo México: “¿Me da mi calaverita?” . La frase, pronunciada por niños con disfraces, bolsas o calabazas de plástico, se ha convertido en un símbolo de las celebraciones del Día de Muertos , una festividad que mezcla raíces prehispánicas, tradiciones coloniales y toques modernos .

Pero ¿de dónde proviene realmente esta costumbre tan entrañable?

Un origen solidario con tintes religiosos

Aunque hoy la calaverita se asocia con dulces y disfraces , su origen es mucho más antiguo y espiritual. De acuerdo con diversas versiones históricas, la tradición de pedir calaverita surgió en el siglo XVIII , cuando las familias acomodadas colocaban grandes altares de muertos

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