Si lo que pretendía era llamar la atención, lo ha logrado. Julia Fox escogió para Halloween un disfraz que recreaba el icónico traje rosa que vestía Jackie Kennedy el día del asesinato de JFK en Dallas en 1963 y que quedó salpicado de sangre del presidente estadounidense. La actriz y modelo de 35 años no solo ha incorporado al conjunto las manchas, sino que incluso ha aumentado su volumen para hacerlas más notorias.

Como consecuencia, la artista ha tenido que hacer frente a un alud de críticas que la tildan de insensible, ofensiva e irrespetuosa. La primera de ellas, procedente de un nieto de la pareja presidencial, Jack Schlossberg, que escribió en X : “Que Julia Fox glorifique la violencia política es repugnante, desesperado y peligroso. Estoy seguro de que su difunta abuela estaría de

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