Mientras haya guerra, hay esperanza , es una película que dirigió y protagonizó Alberto Sordi en 1974. Trata de un traficante de armas, que comercia con la muerte para poder cumplir con las exigencias de sostener el ritmo de vida lujoso y ostentoso de su familia.

De regreso de un viaje, es increpado por ellos. Una nota en la portada de un diario había revelado su verdadera identidad, el mercader de la muerte, exponiéndolos al escarnio público. “La guerra no la hacemos ni los traficantes ni los dictadores, sino gente como ustedes que siempre quieren más y más y nunca nada les alcanza. Para lograr eso, a alguien hay que depredar. Pero puedo volver a mi viejo oficio de plomero, a un salario digno, y una profesión honesta , que sin embargo no alcanzará para pagar sus caprichos. Ustedes elija

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