LONDRES (AP) — Manteniendo prestigio, pero no el poder, la monarquía británica al fin está sintonizada con el sentimiento público.

Eso ha sido evidente con la desgracia de Andrés Mountbatten Windsor, quien fue despojado de su título de príncipe y echado de su espaciosa residencia por orden de su hermano, el rey Carlos, el jueves, un destierro que ha dejado al desacreditado miembro de la realeza cada vez más expuesto al escrutinio tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos por su amistad con el fallecido delincuente sexual Jeffrey Epstein.

Tras años de escándalos relacionados con Andrés, Carlos, sin duda, dio el paso más grande de su reinado al buscar aislar a la monarquía de cualquier escándalo adicional relacionado con Andrés y sus conexiones con Epstein, quien se quitó la vida en p

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