La sociedad está tomando derroteros preocupantes… o quizá es que uno ya se está haciendo mayor y no comprende por qué adolescentes de 16 años se infiltran bótox preventivo para «ralentizar» su envejecimiento facial. ¡A los 16 años! No es nuevo que la juventud haya sido siempre una carta ganadora, pero lo que sorprende es la obsesión actual por detener el tiempo.

En vez de encumbrar la madurez, la sabiduría, la experiencia y la arruga, esta sociedad del filtro parece abocada a la encarcelación de la senectud y, por ende, al rechazo de todo lo que esta conlleva. Vamos, en resumen, edadismo en estado puro. Un término recogido por la RAE desde 2022 y que identifica la discriminación por razón de edad, especialmente de las personas mayores o ancianas.

Esta semana conocíamos datos desalentad

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