Puede que Madrid cuente con una altísima variedad de conceptos gastronómicos, pero que tengan alma, sean singulares y ofrezcan una propuesta que llame la atención hasta del comensal más viajado, los contamos con los dedos de la mano. Claramente, Bocanada es uno de ellos y pasar un buen rato con Amanda Leite en su pequeño gran proyecto, es lo mejor que nos ha podido pasar esta semana. Ya han pasado tres años desde su inauguración y lo cierto es que no ha hecho más que crecer en cuanto a esencia y filosofía, porque en metros no, no es la intención. Les pongo en antecedentes: Amanda es sumiller y nos cuenta que se enamoró del vino durante su época de estudiante en Francia, ya que hizo la carrera de Ciencias Políticas en el Loira. Se formó en nuestro país y, antes de inaugurar su propia micro

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