La declaración del presidente Trump que tanto revuelo causó tiene su razón de ser. Si bien importa el resultado de las elecciones, lo cierto es que Argentina está en terapia intensiva.

Los estragos que hizo el kirchnerismo en sus años de gobierno volviendo atrás una política y una economía que tenía todo para volver a recuperarse nos dejó con los brazos caídos. Con el gobierno de Alberto Fernández, el agua nos llegó al cuello.

Los argentinos, la mayoría hartos de populismo, votaron por un cambio radical que abriera otro camino. Y llegó Milei, con su aspecto de roquero sui generis, su lenguaje soez, y sus peleas con todo el que se le pusiera delante, a contradecirlo o criticarlo. Pero la realidad mostró que más allá de su estilo, el rumbo que defendió con sus modales es el correcto.

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