Noviembre comienza oliendo a crisantemo, una flor que en Asia es símbolo de longevidad, vida, felicidad y sinceridad. Por acá la asociamos a lo fúnebre, en especial el Día de Todos los Santos, y representa lealtad, luto y reverencia. Siempre me llamó la atención que el mes comience dedicado a todos los muertos católicos que han superado la casilla del Purgatorio y gozan de la vida eterna. Aunque no estén canonizados, pululan por el cielo o algo parecido. En cambio, el día 2 de noviembre se celebra lo de los Fieles Difuntos, y también el cumpleaños de my friend Jorge. Lo de los Fieles Difuntos va de repesca y oración para católicos que, tras palmar, se encuentran en el Purgatorio, un curioso estado del alma.
Sin ánimo de enredarle con más asuntos teológicos en la Cenacheriland del Paraíso,

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