Colombia atraviesa un momento crucial de cara a su transición energética. El país, que históricamente ha dependido de fuentes tradicionales como las hídricas y combustiles fósiles en un 50%, enfrenta en estos momentos un desafío mayúsculo, el cual se centra en garantizar la seguridad energética ante el crecimiento de la demanda y la necesidad de acelerar el paso hacia modelos más sostenibles.

Según proyecciones de XM, operador del sistema eléctrico nacional, los balances de energía en firme muestran déficits de hasta 3,5 % para 2027, y algunos gremios proyectan que esta brecha podría ampliarse a 6 % en 2030.

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El Centro Regional de Estudios de Energía (CREE) advierte, además, que Colomb

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