Por: Patricio Rodríguez Palma
En los últimos días hemos visto a la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, amenazar con demandar a Luisa María Alcalde. No nos engañemos: esto no se trata de proteger el honor ni de buscar justicia. Es, más bien, una maniobra política torpe y oportunista, pensada para hacer ruido y tratar de ganar reflectores bajo la sombra del proyecto de transformación que hoy encabeza el gobierno federal.
Cuando una figura pública responde a la crítica con amenazas legales, demuestra dos cosas: falta de argumentos y desesperación. Y en este caso, además, hay un intento evidente de golpear no solo a Luisa María, sino al entorno cercano del presidente López Obrador, con la esperanza de minar su legado y generar desgaste político.
Pero quienes conocemos la histori

EL PUNTERO

ABC Noticias MX
Noticaribe
Página 24
La Opcion Juárez
Infobae México
La Razón de México
La Orquesta
Associated Press Spanish
Proceso
Noticias de América
NBC News