Resulta recurrente, y común, que algunos procesos sociales sean vivenciados como sorpresivos, es decir, como episodios de lo inesperado. Rápidamente, se puede incluir una necesidad en esta descripción; lo inesperado es lo opuesto a lo esperado, de modo que sin esquemas constituidos de lo que supuestamente debería suceder, como episodio normal, lo sorpresivo sería ininteligible. Esta combinación compuesta de factores cruzados evidencia la necesidad del rol clave que cumplen las expectativas para la mayoría de los procesos sociales, o sea, de la función que ocupan en el modo en que se cree la sociedad funciona. Justamente, la sociedad necesita para operar de recurrencias, de repeticiones, de ciertas expectativas que se confirmen de una manera recurrente, y solo bajo esa condición estructural

See Full Page