La rápida caída en desgracia del ahora expríncipe Andrés, que culminó con su humillante exilio por parte del rey Carlos III a la finca de Sandringham, ha sido nada menos que asombrosa.
Sus títulos y honores están en proceso de ser despojados formalmente —de ahora en adelante será conocido como Andrés Mountbatten Windsor— y se le ha notificado que debe entregar su contrato de arrendamiento de 75 años de Royal Lodge, la enorme mansión en la que ha vivido durante más de dos décadas.
Aún no se sabe con exactitud cuándo Andrés dejará Windsor, al oeste de Londres, la capital británica, para trasladarse a la residencia real en la zona rural de Norfolk.
Esto es lo que sabemos sobre la extensa finca que pronto será el hogar de Andrés.
Andrés aceptó mudarse de la residencia real de 30 habitacion

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