Soy un convencido de que los deportistas mexicanos son algo así como héroes, pues están acostumbrados a luchar contra innumerables adversidades, que, por lo general, comienzan en sus propios deportes, pues la gran mayoría de las federaciones en nuestro país son un nido de ratas, con honrosas excepciones, pero lamentablemente casi todas significan un botín para sus directivos que, por lo general, encuentran la manera de escatimarle recursos a los deportistas y entrenadores, beneficiándose en lo personal.

Las historias de enriquecimiento de innumerables directivos son inmensas, basta recordar la terrible gestión de la innombrable excorredora que dejó hecho un desastre las contabilidades de la Conade, sin que aún se hayan aclarado ante las propias autoridades de la Auditoría Superior de la F

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