Es un cuaderno amplio, forrado con papel araña verde, descolado en sus extremos exteriores, deshilachado en el interior, la fragilidad en custodia. El cromatismo, la interrelación entre texto e imagen componen el tesoro archivístico que ostento entre manos. Semillas, esporas, esquejes, hojas, brotes, pétalos diseminados en 62 cartulinas de 45 x 30 centímetros, un pacto susurrante de intercambios propiciados sin una orden específica.

Mantuve y nutrí mi herbario de forma ininterrumpida desde los 7 hasta los 11 años. Ciento doce especies de plantas, flores, árboles están representadas entre sus tapas; un dispositivo de exquisita estructura que provee información primaria para el conocimiento de estudios taxonómicos, ecológicos, ambientales y, por qué no, etnobotánicos.

Recolectar, secar, pe

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